martes, 3 de julio de 2018

Plenitud

Solamente mirarme y ya era tuya, solamente un gesto y te entendía, era tuyo mi aliento, era tuya mi vida. Solamente tocarme y ya moría. ¿Qué fue del amor sincero, de nuestra unión, de las noches en zigzag, de la pasión? Nos pudo la vida, nos ganó la duda, nos venció un aullido en la lejanía que ganó el terreno, que avanzó en el cielo de las noches frías mientras te abrazaba, mientras te absorbía.

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